Multidisciplinariedad
Podemos iniciar por referirnos con el término "multidisciplinariedad" a la búsqueda del conocimiento, interés o desarrollo de habilidades en múltiples campos.
La multidisciplinariedad es algo natural, común y que ocurre con cierta frecuencia. Por ejemplo, es común para los estudiantes:
Practicar deportes, tomar clases de matemática y ciencias naturales en la educación primaria, o clases de física, química y literatura en la educación secundaria, y de ética, filosofía, matemáticas y lengua en los ciclos propedéuticos o generales de a educación superior.
Pero esta multidisciplinar edad no nos servirá de mucha ventaja, a menos que logremos conectar los saberes y valores de dichos campos.
Interdisciplinariedad
Podemos llamar "interdisciplinariedad" a la habilidad y práctica de combinar e integrar actores, elementos y valores de múltiples áreas del saber, el conocimiento y la técnica práctica. A identificar sinergias, analogías, paradojas y enfoques desde múltiples puntos de vista y enfocados en distintos aspectos de los fenómenos y procesos que trabajamos.
Esta interdisciplinariedad, requiere de estímulo, estructura y exploración de los campos envueltos, con experticios o expertos específicos de cada uno aportando valor al objeto de estudio o trabajo.
En el caso de la creatividad e innovación en la educación, la interdisciplinariedad debe ser estimulada por los docentes y facilitadores, para que los estudiantes puedan identificar dichas oportunidades y ser capaces de asociar los conocimientos y habilidades adquiridos en cada campo y combinarlos para un mejor desempeño. Es relativamente fácil su puesta en marcha y estímulo a través de la combinación puntual de disciplinas para fenómenos o áreas específicas, por ejemplo:
· música y matemáticas,
· astronomía y filosofía,
· física y anatomía,
· psicología y conducta animal,
· ingeniería mecánica y biología,
· literatura, historia y geografía, etc.
Transdisciplinariedad
Podemos referirnos a la "transdisciplinariedad" como a la práctica de un aprendizaje y quehacer holístico, que trasciende las divisiones tradicionales del saber y el conocimiento, pero no necesariamente las ignora.
Bajo un enfoque transdisciplinario, no compartiríamos un objeto de estudio o actividad dentro de una rama u otra del saber o la ciencia, sino que asumimos su naturaleza plural que trasciende áreas y emprendemos su exploración y descubrimiento abiertos a todas las ramas que nos lleve.
Su implementación en la educación es un poco más compleja y delicada ya que debe evitarse el menosprecio hacia las distintas áreas del saber o su minusvaloración. El objetivo es apreciar cada campo, pero ser capaces de ver más allá de sus barreras y límites convencionales, en un continuo saber infinito que se extiende y conecta todas las ramas del saber y el quehacer.
Capital social
El capital social constituye ciertos recursos de las personas, derivados de sus relaciones sociales, que tienen una cierta persistencia en el tiempo. Tales recursos son utilizados por las personas como instrumentos con los que aumentar su capacidad de acción y satisfacer sus objetivos y necesidades (obtener empleo, recibir ayuda, etc.), al tiempo que facilitan la coordinación y cooperación entre aquéllas en beneficio mutuo. En consecuencia, resulta un factor decisivo también respecto a las capacidades de las familias para afrontar las crisis y desastres, o para recuperarse tras ellos.
En buena medida, el auge del concepto parte de una reacción al pensamiento económico clásico y neoclásico, que, desde hace siglos, ha concebido a la sociedad como una serie de individuos independientes, con objetivos particulares que dan lugar a la competencia en el mercado. Por el contrario, quienes hacen uso de este concepto subrayan que las personas utilizan sus recursos sociales para conseguir, a través de la cooperación mutua, objetivos que de lo contrario serían difícilmente alcanzables (Coleman, 1990:300-304).
Sin embargo, en el marco del sistema de las naciones unidas, el PNUD, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, lanzó a finales de los 80 el citado enfoque del desarrollo humano, que supone un cambio radical de los planteamientos anteriores en dos sentidos. Uno, la concepción del proceso de desarrollo como un proceso de expansión de las capacidades de las personas, de manera que puedan elegir su modo de vida. Dos, el cuestionamiento de que el desarrollo dependa fundamentalmente de la expansión del capital físico y la importancia atribuida al capital humano. En definitiva, se sustituye una visión del desarrollo centrado en la producción de bienes por otra centrada en la ampliación de las capacidades de las personas.
la transculturalización
Procesos de difusión o infiltración de complejos o rasgos culturales de una a otra sociedad o grupo social, tiene lugar por contacto generalmente entre dos culturas de diferente grado de evolución viniendo hacer como un efecto del desnivel existente entre ellas en el contacto suele imponerse la conducta mas evolucionada con la absorción de la que es menos y esta por su parte puede sustituir en su localización original aunque desnaturalizada por la influencia de la nueva cultura.La transculturación es el proceso gradual por el cual una cultura adopta rasgos de otra hasta culminar en una aculturación. Generalmente se ha supuesto que la enseñanza o intercambio de rasgos va desde una cultura "más desarrollada" (por ejemplo en cultura tecnológica) a otra "menos desarrollada" y que esto puede ocurrir sin conflicto. Sin embargo, se observa que la mayoría de las transculturaciones son conflictivas, en especial para la cultura "receptora", máxime cuando los rasgos culturales son impuestos.
La transculturización en Venezuela es una mezcla de tres culturas distintas, la indígena, la africana y la española. Las dos primeras a su vez tenían culturas diferenciadas según las tribus. La transculturación y asimilación, condicionó para llegar a la cultura venezolana actual, similar en muchos aspectos al resto de América Latina, pero el medio natural hace que haya diferencias importantes.
El problema de la transculturización no radica en asimilar otras culturas, eso es bueno, de hecho, si la otra persona, la del otro país, la de otras creencias, hace lo mismo, se llamaría intercambio cultural, o biológicamente hablando, mutualismo. Desde un enfoque social y hasta psicológico el problema se hospeda en el hecho de menospreciar nuestra cultura al punto de denigrarla. Se trata de dejar que los invisibles nos roben, secuestren y asesinen el orgullo, el criterio y la inteligencia.
El problema comienza con una carencia de nacionalismo y de criterio en los niveles de formación de nuestros ciudadanos. Continúa con el ejercicio de ceguera cotidiana que no nos permite valorar nuestras riquezas culturales y termina cuando nos damos cuenta de que no termina.
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